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La paella, paso a paso / The paella, step by step (Esp/Eng)

Soy de Valencia y he visto un millón de veces cómo se hace una paella tradicional, la de pollo, conejo y verduras. La de mi madre, mi padre, mi abuela, Pilar, la amiga de mis padres, mi tía Maruja, mis amigos valencianos que no son de mi familia. Casi todos los domingos. Es tradición. En España, nadie que no sea de Valencia osaría decirle a un valenciano cómo hacer una. Pero ahora vivo en Australia y, lejos de casa, todos entendemos de paella, la hemos cocinado mil veces, nos sabemos los entresijos. Tanto, que incluso alguno me ha espetado, indignado, que por qué yo no sofreía el arroz y luego añadía el caldo. Pregúntaselo a mi madre, o a mi padre, o a mi abuela, o a Pilar, la amiga de mis padres,  o a mi tía Maruja o  a mis amigos valencianos que no son de mi familia.

No voy a hablar del matiz de añadir romero o no. No me importa. ¿Tu máster receta? Toda para ti. Yo voy a deleitarme con el sabor de casa. Y no estás invitado.

Como muchos dictan sentencia, creo que por el mero hecho de que soy valenciana y forma parte de mi vida dominguera puedo, al menos, hablar de mi experiencia.

Así que esta semana me he dado el placer de entretenerme con el universo paella. He comprado una paella grande (en Valencia solemos llamar igual al plato y a la sartén), un paellero y las patitas. Después de tener el equipo y no antes, llamé a mis amigos y a su familia para que nos acompañaran. Por último, mercado. Me aseguro de que encuentro la bajoca y el garrofón antes de comprar la carne. En Melbourne no todos los días puedes encontrarlas. Añado el pollo, el conejo. Lo demás lo tengo en casa.

Así que llega el día. No es la primera vez que cocino paella, pero sí la primera que la hago con lo mismo con la que la solía hacer en casa. Vamos. La carne, doradita, la verdura, el pimentón, el caldo, esperar, probar de sal, el arroz, huele a quemado… A la mesa. No queda ni un grano. “Che, així dóna gust! (“¡Así da gusto!”).

 

Estos días he encontrado wikipaella, una plataforma creada para “definir, promocionar y defender las auténticas paellas”. Los creadores hablan de aspectos muy interesantes, como los ingredientes o las recetas más comunes. E incluso tienen un manifiesto. A mí me ha hecho gracia una entrada de su blog en la que repasan la forma tradicional de comer paella. Me he divertido mucho leyéndolo porque muchos puntos son protagonistas de disputas cotidianas alrededor de la mesa, como tener cuidado de no echar limón al comensal de al lado o no invadir su trocito. Porque la paella se come directamente de la paellera, para que el arroz no se enfríe. Cada uno respeta su parcela y nada de robarle el trocito de carne que te gusta al de al lado. Como mucho, si lo que tienes enfrente no te gusta, lo dejas en el medio para que otro se lo coma. Como yo soy la pequeña de mi familia, y la mimada, mi trocito preferido siempre me llegaba de un sitio u otro por generosidad de mis padres o mis hermanas, pero eso es un privilegio que uno sólo tiene en su propia casa. Lo mejor de todo es que el que cocina nunca friega la paella.

A comer, que el arroz se enfría. At the table, the rice is still warm

A comer, que el arroz se enfría. At the table, the rice is still warm

Yo ya he encontrado entretenimiento para los fines de semana australianos.

THE PAELLA, STEP BY STEP

In Spain, not a single person would dare to tell a valencian how to cook paella. In Australia, far away from home, everyone knows the recipe, its secrets and has cooked this rice dish more often than fried eggs. Bravo!

I am from Valencia and I have seen my mum, my dad, my parent’s friends, my granny, my aunty Maruja and different friends from different valencian families cooking the traditional paella almost every Sunday. It’s a custom. But in Australia, many people do question the way I cook the paella. The traditional, the one with meat I mean. Even the cooks. That’s right. No worries. Your recipe, all yours. I don’t need a book. I don’t need amounts. I am not in a rush. I don’t need to have any precooked stock. I don’t need to argue. I have seen it many times in my life.

So this week I’ve been enjoying shopping my paella kit. First, I got the paella burner and the paella pan. Then I invited my friends. Later, I went to the market. Chicken, tick; French beans, tick; beans, tick; rabbit (rabbit? Yes, rabbit), tick. This is a traditional valencian paella and although I wouldn’t bet on the result, I will follow my family way. And I won’t tell you how to make it. You know it, don’t you?

So Sunday arrives and I am getting excited. I cut the chook and the rabbit (rabbit? Yes, rabbit). I prepare the veggies. Salt, olive oil… My friends arrive and we share some drinks, olives and pickled mussels while the paella goes on. I am in my element. Then, adding salt to taste, rice, playing with the burner and counting down.

Orgullo de 'valensianeta' I am so proud

Orgullo de ‘valensianeta’
I am so proud

For the ones interested in learning, I’ve recently discovered a website which defends the value of the traditional paella, wikipaella, a platform to “define, promote and uphold the authentic paellas”, they say. One of his posts talks about how to eat and enjoy the paella, step by step. If you are willing to experience an authentic Sunday paella they remind us that all the guests sit around the paella and eat from the pan, with spoon, not fork. That’s the way to keep the rice warm and everybody can have the socarrat (toasted rice at the bottom). Everyone has their own section and doesn’t get rice from another side of the pan and a lot less the piece of meat they like. If it is not in front of you, we are so sorry but… In my case, as I am the youngest daughter, and the spoilt one, my parents and sisters give me my favorite piece of meat. The post forgets the best part, though, and it is that the cook never wash the paella pan.

Nevertheless, the pieces of advice go on and they are so familiar, so real, so good, that I laugh alone. I have many Sundays ahead. And my friends know it.

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